Día 8: Palas de Rei- Santiago de Compostela
01-10-2011
Hola a todos.
Estamos ante el día esperado, el final del CAMINO, y a estas alturas podemos confirmar que el Apóstol nos ha obsequiado con ocho etapas de sol radiante, con temperaturas suaves. En definitiva, una gozada.
Datos de la etapa:
Distancia recorrida: 69,67 km.
Tiempo dándole a los pedales 5h. 51min.
Velocidad media 11,90 km/h.
Supongo que todos sabéis a estas alturas que llegamos a Santiago según lo previsto, y también, mas de uno y una estará inquieto al ver la nota colgada ayer después de la celebración.
¡TODOS TRANQUILOS!, estamos de coña, felices por lo vivido, por lo conseguido y por la convivencia entre compañeros de trabajo actuales y pasados. ¡Ha sido una muy buena experiencia!.
Antes de empezar con la descripción de la etapa, queremos agradecer a todos vuestro apoyo, a las familias que han aguantado estoicamente nuestras ausencias durante los entrenos, a los compañeros de trabajo, y a todos los seguidores del blog, que aunque en algunos casos no publicaban comentarios, sabemos que son muchos y fieles.
El día empieza como siempre con el sonido del despertador a las 6h. 40m. duchas, plátanos, frutos secos, ajetreo de maletas y despedida de la peña acompañante.
Pronto constatamos que la etapa no se diferencia mucho de la anterior, un sube y baja constante que en esta ocasión se soporta con mayor optimismo, sabedores de la recompensa final.
Los paisajes idílicos de suceden, y la vegetación descrita el día anterior persiste. El silencio se mezcla con el sonido de las bellotas al caer y al crujir por el paso de nuestros neumáticos.
Paradas constantes para inmortalizar parajes y llegada según lo previsto a Arzúa, lugar elegido para tomar el desayuno con Benito, José y Ramón.
Antes de empezar, la primera y única reparación, una de las bicicletas pierde aire de la rueda trasera y decidimos sustituir la cámara.
Continuamos el camino, y a medida que avanzamos se percibe el mejor humor de todos los Peregrinos andantes que vamos adelantando. Sus caras al igual que las nuestras ya no muestran sufrimiento, y eso hace que lleguemos a Labacolla (lugar indicado de antemano para la comida) con ganas de afrontar la última comida en ruta.
En el restaurante nos sirve una gallega que nos habla un catalán perfecto con acento de la Terra Ferma. Nos cuenta que estuvo viviendo en Lérida durante 6 años, y se la ve feliz practicando nuestra lengua, hasta José se lanza y suelta alguna frase.
A estas alturas la cosa se empieza a desmadrar, y las cervezas se consumen con alegría y algún que otro chupito complementa nuestra nutrición.
Reiniciamos el camino a falta de 10 Km. Con la mirada puesta en el Monte do Gozo, lugar de fotografía obligada, y ultima cota a salvar antes de llegar a Santiago. En la Capilla del Monte obtenemos el último sello de nuestras credenciales, antes de la consecución de la Compostelana. (Diploma que acredita nuestra peregrinación).
La llegada a Santiago es emocionante, de camino por las calles de la ciudad coincidimos con los tres acompañantes que ya han colocado los coches y subido maletas al Hotel.
Llegamos a la Plaza del Obradoiro y las fotografías se suceden, primero los dos, después los tres, ahora con flash, después sin, etc…
Nos vamos todos al Hogar del Peregrino, sin separarnos de nuestras bicicletas y allí nos dan la Compostelana. Nuestro nombre reza en latín y a buen seguro que mas de uno se la enmarcará y colgará en lugar preferente.
Se inician las visitas por la ciudad, los acompañantes se turnan para custodiar nuestras maquinas y visitar el interior de la Catedral, en especial el Pórtico de la Gloria y el famoso Botafumeiro que descansa colgado del mecanismo que hace posible su balanceo.
Los dos ciclistas nos retiramos al hotel en busca de la ducha reparadora, una vez aseados salimos a la calle dispuestos a unirnos con los tres mosqueteros, pero al encontrarlos, Ramón y José, nos comunican que se rinden, están exhaustos y deciden poner fin a la visita de la ciudad. Son las 8 de la tarde-noche y no olvidemos que no han parado ni un segundo durante los 9 días que llevamos de periplo, bravo a los dos, de mayores queremos ser como vosotros.
Benito se une a nosotros y seguimos paseando por la ciudad. Se celebra una especie de fiesta Medieval, y los espectáculos por la calle se suceden, al igual que los tenderetes propios de estos eventos. Compramos algunos regalos y nos metemos en una marisquería a cenar.
El albariño pasa de coña y junto a una buena comida recuperamos fuerzas para continuar el recorrido. De vueltas con las compras y por fin nos retiramos a nuestros aposentos a las 01h. 30 m.
UN FUERTE ABRAZO PARA TODOS.
Esta etapa es seguramente la más dura del Camino de Santiago: llegada a la provincia de Lugo (por fin) la subida a Piedrafita, Ocebreiro i alto de Poio, con desniveles de la cota 475m a la 1.300m. y subidas y bajadas hasta la 1.335m.
Ella ha seguido por carretera como la mayoría de los valientes que padecieron el peso de sus bicicletas, y nosotros hemos decidido probar del jarabe hasta el alto del Poio. ¡masocas que somos! 
Aunque sea algo más largo el recorrido, hemos llegado en condiciones aceptables. Dada la hora que era, hemos decidido comer en el restaurante del alto de Poio y luego dejarnos caer por la carretera a gran velocidad hasta Triacastela.
El hostal, correcto, entre campos de calabazas y remolachas y rodeado de manzanos, nogales y castaños de los cuales Benito y Modrego han hecho una recolección de nueces y castañas que ha durado hasta las 11 de la noche.
Una buena cena con caldo gallego de grelos y cachelos y de segundo pulpo a feira rematado con un queso fresco de ocebreiro con miel, sin miel , con la miel al lado o con azúcar (hemos vuelto loca a la camarera) nos han introducido directamente en la gastronomía gallega. 
Mañana nos toca una etapa algo larga y con dificultad media-alta dado que hay muchas subidas y bajadas en 66km. Entre Triacastela y Palas de Rei, todavía en Lugo.
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Un saludo a Jesús, Aurora y Javi de parte de Luis.
